Buenos Aires tuvo los primeros buzones en el año 1858.Durante décadas se transformaron en verdaderos hitos del paisaje de los barrios. Hoy unos 120 buzones sobreviven, relegados ante el auge de la telefonía celular, Internet, el e-mail y la creciente oferta de correos privados y mensajerías, por la protección que le brindan asociaciones vecinales. Son testigos del barrio que habitaron nuestros abuelos.
Porque creemos que la Identidad Barrial nos afirma en nuestra libertad, desde la Comisión de Cultura del Consultivo de Palermo Invitamos a pintar el buzón de J. L. Borges y Costa Rica. Domingo 31 de mayo - 15 hs
Buenos Aires tuvo los primeros buzones en el año 1858. Ordenó emplazarlos el director supremo Gervasio Antonio de Posadas quien además redactó el Reglamento del Servicio de carteros y fijo un nuevo valor, más económico, de las tasas postales .Eran apenas seis buzones, y se ubicaron en las plazas Lorea, Montserrat -hoy desaparecida-, Del Parque -actual Lavalle-, Del Temple -actual Suipacha-, Miserere, y en el Paseo de julio -actual avenida Leandro N. Alem-. Cada tarde un empleado realizaba la recolección a caballo. Eran, en realidad, cajas de madera, y en 1868 fueron cambiados por modelos metálicos. En 1874 es elegido como sucesor de Posadas Eduardo Olivera quien continuó el trabajo de Posadas, elaboró el nuevo reglamento de Telegrafos y proyecto la Ley Nro. 816 de renovación de los servicios postales.
Durante administraciones posteriores se implementaron los servicios de encomiendas, giros postales, valores declarados y carta certificada
Unos años más tarde se importaron de Inglaterra los buzones de pilar de hierro. Y en 1892 se comenzaron a fabricar en Buenos Aires, copiando el estilo inglés con el "sombrerito". Estaban pintados de rojo, pero cambiaron de color a lo largo de la historia. La ciudad llegó a tener más de 1.000 buzones. Algunos desaparecieron con los cambios del dibujo urbano, como el ensanche de calles. Otros sufrieron choques o incendios. En el 2004 se calcula que todavía quedaban 402 viejos buzones en la Capital
¿Qué pasó con las "bocas de carta", como se los llamaba en su origen? Fueron quedando relegados ante el auge de la telefonía celular, Internet y el e-mail. También influyó la creciente oferta de correos privados y mensajerías. Actualmente, el Correo Oficial maneja muy poco del mercado. Hoy se puede mandar una carta desde un quiosco o un locutorio. Ya no hace falta tener una tira de estampillas en la billetera "por las dudas".
Como no existe ninguna norma que los proteja, el Correo quiso en diversas oportunidades reubicarlos o retirar algunos de los que quedan, pero distintas asociaciones vecinales se lo impidieron. "En la mayoría de los casos no se pudo porque los vecinos se quejaron.
"Hubo una época en la que el correo era el principal medio de comunicación. Hasta pasada la mitad del siglo XX, el teléfono todavía era un artículo de lujo. Y se declaraba la guerra, se estudiaba y hasta hubo quienes confesaron por primera vez su amor por correspondencia. Los buzones tenían un rol importante, ya que eran los receptores de esos sobres, los cuidadores de esos secretos. Hoy sobre todo, son la memoria de un tiempo que se fue.