El jueves 4 de septiembre la Ciudad inaugurará un centro cultural abierto a vecinos y turistas tras la puesta en valor del edificio de La Prensa, actual sede de la Casa de la Cultura (Avenida de Mayo 575) y un verdadero ícono arquitectónico. La recuperación de este patrimonio único significa no sólo devolver el esplendor a un Monumento Histórico Nacional, sino también integrarlo a la vida cultural del microcentro porteño. El espacio podrá visitarse a partir del 15 de septiembre.
El hito más esperado será la apertura del nuevo espacio cultural, que incluirá la apertura del Pasaje de los Carruajes, un corredor que por primera vez en el siglo XXI permitirá atravesar el edificio desde Avenida de Mayo hasta Rivadavia. Este espacio, pensado originalmente para carruajes, se convertirá en un nuevo punto de encuentro que conectará la historia del edificio con el espacio público, en diálogo con el Pasaje Roverano ubicado justo enfrente.
En este sentido, la ministra Gabriela Ricardes, expresó: “Recuperar espacios como la Casa de la Cultura es, ante todo, devolver a la Ciudad su capital simbólico, un patrimonio cultural que nos define y conecta. Estos lugares no sólo son emblemas arquitectónicos. Son espacios de encuentro que nos representan a nivel local e internacional. Al ponerlos en valor, preservamos nuestra historia y ofrecemos un legado cultural vivo para que vecinos y turistas puedan disfrutarlo todos los días. Es un compromiso con nuestra identidad y con la cultura que ha asumido el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y en el que trabajamos cada día”.
Con una programación que incluye música de cámara, instrumental y coral, y géneros populares como el jazz, el Salón Dorado de la Casa de la Cultura será nuevamente sede de un ciclo de conciertos sin costo para todo público. Las actividades se desarrollarán durante septiembre tras la reapertura de la Casa de la Cultura como espacio cultural (Av. de Mayo 575), el cual fue recientemente restaurado y volverá a recibir propuestas musicales en el corazón del centro porteño.
El viernes 5 a las 19 h, en el segmento Música de Cámara, un ensamble de ocho músicos pertenecientes a la Orquesta Sinfónica Nacional ofrecerá una presentación especial del Octeto en Fa mayor de Franz Schubert, una de las obras de cámara más destacadas y conmovedoras del compositor, reconocida por su belleza melódica y su intensidad expresiva.
El sábado 6 a las 19 h se presentará Maia Korosec en contrabajo y Nemo Eisenstein en piano en un dúo orquestal que propone un recorrido musical que abarca desde standards de jazz hasta canciones de raíz latinoamericana, con la calidez de la zamba y la intensidad del bolero.
El domingo 7 a las 18 h, en el marco de la Semana del Músico Aeronáutico, la Orquesta de Concierto Mayor Armando Nalli de la Fuerza Aérea Argentina y la United States Air Force Band ofrecerán un concierto que celebra los lazos de amistad, respeto y cooperación entre ambas instituciones. El recital comenzará con dos quintetos de vientos de madera, y cerrará con una big band de jazz.
Todos los conciertos son con entrada libre hasta completar la capacidad del espacio.
La Casa de la Cultura vuelve a ser un espacio vivo, donde el pasado y el presente se encuentran para seguir haciendo historia. Con la reapertura, el edificio se convertirá en un espacio cultural con foco en la vanguardia, el periodismo y la modernidad. Además de visitas guiadas, habrá actividades artísticas en los subsuelos y un nuevo bar en el patio central, denominado El Periódico. Un dato central es que el nuevo espacio cultural se sumará a la Red de Bibliotecas porteñas, con una nueva sede bautizada Biblioteca Tomás Eloy Martínez. De esta manera, por la tradición periodística del edificio, se pondrá el acento en la oferta de actividades vinculadas al mundo de la prensa, la literatura y la creación contemporánea. Además, recibirá funciones teatrales y actividades que hoy forman parte de la programación del Centro Cultural San Martín, actualmente en obra.
La intervención del edificio alcanzó más de la mitad de los 12.522 metros cuadrados del inmueble. Incluyó la restauración del patio central, la impermeabilización de los subsuelos y la recuperación del Pasaje Ana Díaz. También se instalaron sistemas contra incendios, se renovó la fachada y se restauró el histórico lucernario, con la reposición de 1.463 piezas de vidrio y la consolidación de su estructura metálica. En cada etapa se respetaron los materiales y colores originales, con la participación de especialistas en arqueología y patrimonio.
En resumen, entre los trabajos realizados se destacan:
La recuperación de las salas de exposición en el subsuelo
La restauración del Pasaje de los Carruajes
La puesta en valor del hall central y el muro de placas conmemorativas
Una prueba piloto de restauración de fachada, que marca el comienzo de una nueva etapa de recuperación
Restauración integral de la lucarna central
Pintura integral recuperando la paleta cromática original
Y obras técnicas necesarias para la seguridad y buen funcionamiento: instalación eléctrica y sanitaria, impermeabilización de subsuelos, instalación contra incendios y reparación de veredas.
El edificio fue construido entre 1895 y 1898 por los ingenieros Carlos Agote y Alberto Gainza bajo el encargo de José C. Paz, fundador del diario La Prensa. Desde sus inicios se destacó por su innovación: fue de los primeros del país en tener ascensor y contaba con un sistema de correo neumático. Declarado Monumento Histórico Nacional, en 1951 fue expropiado y cedido a la Confederación General del Trabajo, y con los años pasó a convertirse en sede de la Casa de la Cultura porteña, consolidándose como un ícono patrimonial y cultural de la Ciudad.
Con su estilo Beaux Arts, el edificio de La Prensa conserva tesoros de la arquitectura porteña como el Salón Dorado inspirado en Versalles, el lucernario central y en su fachada la escultura de Palas Atenea , símbolo de la sabiduría y la verdad, junto al reloj Paul Garnier. Además, abundan los murales pintados a mano, grupos escultóricos, mobiliario de época y ornamentaciones originales, que vuelven a cobrar vida tras la puesta en valor para que este espacio sea un lugar de encuentro, historia y creación artística.
Su puesta en valor significa rescatar un emblema de la identidad cultural de Ciudad y ofrecerlo nuevamente al público como espacio de encuentro, historia y creación artística.